Escritora, periodista y pedagoga. Bautizada en la Iglesia Parroquial de
San Pedro (Almería) con los nombres de María del Carmen, Ramona y
Loreta, nació al amanecer del día 10 de diciembre de 1867 en Almería.
Era hija de José Burgos Cañizares, propietario, y Vicecónsul de Portugal
en Almería, y de Nicasia Seguí Nieto.
Se casó muy joven, «en contra de la voluntad de su padre», a los
dieciséis años, con Arturo Álvarez, hijo del gobernador de Almería,
instalándose en aquella capital. Allí, por primera vez, entra en
contacto con el mundo gráfico colaborando en la Almería Bufa. Problemas
matrimoniales y la muerte de su hijo (de los tres que tuvo sólo
sobrevivió su hija Maruja), la llevaron a Madrid abandonando el
domicilio conyugal. Así describe estos primeros momentos su compañero
sentimental, el escritor Ramón Gómez de la Serna: «Carmen vino a Madrid a
rehacer su vida, sin recursos, con su hija en brazos (...) Carmen, con
su sombrerito triste y con su hija siempre en brazos» y «en medio del
escándalo provinciano».
Tras el divorcio, decidió estudiar magisterio, como alumna libre, al
mismo tiempo que se iniciaba en el artículismo. Según datos oficiales
ingresó en la Escuela Normal de Maestras de Guadalajara en 1901. En 1905
consiguió una beca para ampliación de Estudios en el extranjero y en
1907 fue comisionada para desempeñar la Cátedra de Economía Doméstica en
la Escuela de Artes e Industrias de Madrid. Ese mismo año se traslada a
la Escuela Normal Superior de Maestras de Toledo (sus biógrafos
coinciden en que fue un castigo impuesto a causa de un artículo
publicado en el Heraldo de Madrid que no gustó a la autoridad
académica). Allí «sobrevivió » hasta 1909, año en que se trasladó a
Madrid como auxiliar de la Sección de Letras en la Escuela Normal
Central de Maestras, al mismo tiempo que desempeña la Cátedra de
Economía Doméstica en la Escuela Superior de Artes Industriales.
En 1911 fue nombrada profesora especial de la Escuela de Artes y
Oficios de Madrid. Fue también profesora de sordomudos y ciegos,
actividad que ejerció hasta su muerte. Como apuntamos, su faceta como
pedagoga siempre se vinculó a su actividad como escritora y periodista.
Su producción literaria y articulista es numerosísima y abarca un amplio
temario: desde belleza y economía doméstica hasta política. En este
campo Carmen de Burgos luchó siempre por los principios republicanos, la
inserción de la mujer en la vida pública y el sufragio, y con este fin
fundó en 1920 la Cruzada de las Mujeres Españolas, a imagen de la creada
en Portugal por su gran amiga, la dirigente feminista Ana de Castro.
Cerebro intelectualmente inquieto, en 1908 había fundado la Alianza
Hispano Israelita, publicando en su órgano de difusión la Revista
Crítica. Su trabajo como colaboradora lo desarrolló, entre otras, en las
siguientes publicaciones: La España Artística, La Educación, Album
Ibero-Americano, La Correspondencia de España, El País, ABC, Feminal, La
Alhambra, El Liberal, Tribuna Pedagógica, Por esos mundos, La Esfera,
El Turbión. Fue redactora de El Heraldo y El Nuevo Mundo de Madrid. Fue
miembro activo de la Asociación de la Prensa y de la Sociedad de
Escritores y Artistas, Ateneo, Protección de la Infancia y «otras
sociedades científico literarias». Fue también la primera mujer
corresponsal de guerra en España.
Por lo que se refiere a su conciencia feminista ésta se fue
desarrollando y evolucionando paulatinamente. En un principio, sus
reivindicaciones se basaron fundamentalmente en la defensa del derecho a
la educación, y al papel fundamental de la mujer como madre. No
obstante acabaría defendiendo, con la pasión que siempre la caracterizó,
el papel de las mujeres en la vida pública. Esta misma evolución puede
aplicarse al tema del sufragio, pues si en un primer momento tuvo
ciertas dudas respecto a la conveniencia de hacerlo extensivo a «todas»
las mujeres españolas, su implicación posterior con el republicanismo y
las ideas socialistas hicieron de ella una de las mayores defensoras del
sufragio universal.
El día 9 de octubre de 1932 fallecía en Madrid, cuando participaba en
una reunión política del Círculo Radical Socialista. Su último aliento
fue para vitorear a la República. Su amiga Dolores Cebrián, esposa de
Julián Besteiro y compañera de Carmen en la Normal de Toledo, lo
comunicaba oficialmente al Ministerio de Instrucción Pública y Bellas
Artes. Al otro lado de la frontera, la revista portuguesa Portugal
Feminino, con la que colaboró en vida, también ofrecía su tributo a la
feminista española insertando la necrológica (elaborada por su amiga Ana
de Castro Osorio) en su «Página Feminista»: «Carmen de Burgos, la gran
escritora española que el 9 de octubre murió heroicamente en plena
actividad de acción liberadora, es un valor mundial que todas las
mujeres deben respetar (...) Amaba sus ideales más que a su propia
vida... Y quien sabe si su gran y heroico sacrificio quedará aún largos
años desconocido e inútil para la sociedad y, principalmente, entre las
mujeres, al progreso de las cuales se sacrificó».
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