"Somos eco del pasado, que venimos a despertar, a la mujer del futuro"

martes, 3 de abril de 2012

LOUISA MAY ALCOTT

Louisa May Alcott nació en Germantown, Pennsylvania, el 29 de noviembre de 1832 y falleció el 6 de marzo de 1888. Fue educada por su padre. Debido a las condiciones de pobreza de su familia, se vio obligada a trabajar en diferentes puestos de empleo desde muy joven.
Fue enfermera en la Guerra Civil estadounidense y durante ese tiempo, escribió cartas a su familia editadas con el título de "Apuntes del hospital" (1863).
 Para mantener a su familia, escribió relatos de misterio que se publicaron con seudónimo,  hasta que pudo empezar a vivir de lo que escribía, mostrando dos líneas de escritura muy distintas: la línea de creación para jóvenes mujeres que resaltaba los valores tradicionales (Mujercitas, Los muchachos de Jo) y otra línea más adulta, que incluía una serie de novelas de tipo romántico que publicaba bajo el pseudónimo de A. N. Barnhard, además de una obra seria para adultos denominada Un Mefistófeles moderno (1875).

Fue una entregada defensora de los derechos de la mujer y hacia el final de su vida fue también abolicionista. Su obra más conocida, Mujercitas (1868) está basada en una versión idealizada de su propia vida familiar, y el personaje de Jo March es en cierto modo autobiográfica si bien, a diferencia de su personaje, la propia Louisa May Alcott nunca se casó ni tuvo hijos. Falleció en Boston, dos días después de presenciar la muerte de su padre.
                                      

martes, 13 de marzo de 2012

Alexinne Tinne

 Alexinne Tinne - Exploradora y mujer aventurera.


Alexinne Petronela Tinne es una de las poco conocidas mujeres exploradoras del siglo XIX. Su pasión por las culturas africanas y , en concreto, por la antigua civilización egipcia, le llevaron a la búsqueda de las  misteriosas fuentes del río Nilo.
Nacida en 1839, pertenecía a una de las familias más ricas de Holanda, su educación fue muy cuidada, lo cual le permitió hablar con soltura el inglés, el francés y el holandés.
Con tan sólo 16 años, hizo su primer viaje a tierras africanas, se trataba de un breve viaje de placer, en compañía de su madre y por el Egipto faraónico, sin embargo este fue el inicio de una larga serie de expediciones por el interior del continente.
Pocos años más tarde y siempre acompañada por su madre, se decidió a organizar un nuevo viaje por el Nilo, en busca de sus fuentes, sin embargo, los accidentes naturales les impidieron continuar.
Estas dificultades, lejos de provocar el desánimo en Alexinne y su madre, provocaron que se decidieran a organizar una nueva expedición mejor equipada, adquiriendo un barco a vapor y convenciendo a su tía Adriana a que las acompañara.
Por tanto, las tres mujeres, con unos guías y unos botes con provisiones, se lanzan a remontar el Nilo, atravesando el reino de Sudán y llegando hasta tierras en las que nunca antes habían estado los europeos. En su viaje, se encontraron con otro explorador, Samuel Baker, el cual se maravillaba y extrañaba de la determinación de las tres mujeres, en sus cartas a Inglaterra, dejó constancia de su encuentro con tan curiosas exploradoras: "Hay unas damas holandesas que viajan sin ningún caballero... Deben estar locas...Todos aquellos salvajes van tan desnudos como el día que nacieron".
Finalmente, y tras superar los rápidos, los mosquitos, y todos los peligros del río, las fiebres pudieron con Alexinne, cayendo gravemente enferma por lo que la expedición tuvo que regresar.
 
En lugar de renunciar a esta vida de peligros, decidió explorar el llamado río de la gacelas, un afluente del Nilo, el cual se adentraba hacia las desérticas tierras del Sahara. En esta expedición, Alexinne y su inseparable madre iban acompañadas por numerosos porteadores, asistentes y un grupo de científicos, encargados de cartografiar y recoger muestras de la zona. Sin embargo durante el viaje, Harrie,t su madre, cogió las fiebres y murió, dejando a su hija sumida en la tristeza y el caos, teniendo que ser rescatada por su tía Adriana, que se había quedado en Sudán.
 
Al poco tiempo, su tía enferma gravemente y muere, dejando sola a Alexinne, la cual sintiéndose culpable y rechazada por su familia en Holanda, decide no regresar a su país trasladándose a El Cairo. Desde allí, planea un nuevo viaje desde Argelia, atravesando el Sahara en busca de su antiguo objetivo: el lago Chad. Durante su estancia en Argelia, criticó duramente la esclavitud, y construyó una casa refugio para acoger a esclavos liberados.
Este sería su último viaje, ya que hacia el final del mismo, en un enfrentamiento con un grupo de tuaregs, estos mataron a varios miembros de la expedición de Alexinne, dejando a esta última herida, sin agua ni ayuda posible, muriendo sola en medio del desierto. Contaba entonces 30 años, dejando un enorme legado para todos aquellos que detrás de ella, soñaron con descubrir el continente africano.
      

Margarita Arosa

Pintora e ilustradora española, nacida en París (Francia) alrededor del año 1852, y fallecida en su ciudad natal después de 1903.

 

 

Nacida en el seno de una familia burguesa acomodada, desde muy temprana edad tuvo a su disposición todos los medios necesarios para desarrollar su innata vocación artística, ya que su progenitor, Gustavo Arosa, era un reputado arqueólogo.


Rodeada de artistas plásticos que compartían amistad con su padre, la joven Margarita cursó sus primeros estudios de dibujo y pintura en la madrileña Escuela de Bellas Artes de la Academia de San Fernando, para trasladarse después a su París natal con el propósito de perfeccionar su formación artística en los estudios y talleres plásticos de otros maestros tan relevantes como los pintores Armand Gautier, Constant Ayer y Félix Barrías.


 Con poco más de treinta años su nombre circulaba ya en los foros artísticos de la capital gala como el de una de las jóvenes promesas de la pintura femenina europea, lo que le permitió tomar parte en varias muestras colectivas y en diferentes concursos y certámenes plásticos en los que dejó numerosas huellas notables de su valía en el manejo de los pinceles. En el Salón de París de 1882, Margarita Arosa colgó su cuadro titulado Retrato de Pagan, que mereció los elogios de la crítica especializada y propició que la joven artista siguiera concurriendo de forma ininterrumpida a dicho certamen hasta 1900.


Al mismo tiempo, las noticias de su éxito en la capital francesa llegaron a España y dieron a conocer el nombre de la pintora parisina a través de los principales rotativos y revistas de todo el país.
 Nuevos triunfos internacionales (como el obtenido en 1884 en la Exposición de Bruselas) consolidaron el nombre de la artista en todos los foros pictóricos europeos durante la década de los años ochenta, aunque no faltaron voces -sobre todo, en España- que intentaron desacreditarla tildándola de mera aficionada. Y es que Margarita Arosa, pionera de la liberación y promoción de la mujer en una parcela que, como el mundo del Arte, seguía estando dominada por juicios e intereses masculinos, fue la primera pintora española que se atrevió a abordar en sus lienzos el tema del desnudo.
En efecto, en 1887 la artista concurrió a la Exposición Nacional de Bellas Artes de Madrid con su célebre cuadro titulado La baigneuse (La bañista), en el que, por vez primera en la pintura española del siglo XIX realizada por mujeres, se reproducía un desnudo integral femenino. Esta obra, de extraordinaria calidad artística y riguroso acabado formal, se hizo acreedora de una mención honorífica otorgada por el jurado de dicho certamen, pero también mereció la desaprobación de quienes, desde unos criterios estéticos y morales profundamente reaccionarios, consideraban que las mujeres debían limitarse a reflejar en sus lienzos flores, paisajes y retratos castos (temas que, por cierto, también cultivó con admirable soltura y perfección). En las escuelas y academias de dibujo españolas se prohibía, a las pocas niñas y muchachas matriculadas en sus aulas, asistir a las sesiones de copia de modelos al natural, lo que hacía prácticamente imposible que las pintoras españolas adquiriesen la técnica necesaria para afrontar el tema del desnudo. Por fortuna para el desarrollo de su formación pictórica, Margarita Arosa había asistido en París a talleres y escuelas en los que no reinaban estos  prejuicios morales.


A pesar de la mirada sañuda de quienes contemplaban sus cuadros desde los convencionalismos sociales y morales de la época, Margarita Arosa siguió demostrando con su actitud una audacia y valentía poco frecuentes en el mundo de la creación femenina de su tiempo y, con su arte, unas cualidades innatas que hacían de ella una de las pintoras más inspiradas del arte español de finales del siglo XIX. En efecto, en 1889, lejos de amilanarse con el pequeño escándalo suscitado dos años antes por la exhibición de La baigneuse, la animosa pintora volvió a presentar una de sus obras en la Exposición Nacional de Bellas Artes de Madrid, donde de nuevo fue distinguida con una mención honorífica. En 1891, alentada por su enfrentamiento con los críticos más conservadores, formalizó su ingreso en la Sociedad de Mujeres Pintoras y Escultoras de Francia, y al año siguiente volvió a triunfar con uno de sus cuadros en la Exposición Internacional de Bruselas. Fue, en resumen, una excelente pintora e ilustradora que, amena y variada en el dominio de su técnica predilecta (la acuarela), halló en los círculos artísticos europeos mayor proyección y reconocimiento que en el enrarecido mundillo cultural de la España finisecular del XIX.


Obras: La baigneuse (La bañista), Paisaje, Marina, Una mujer en la ventana y Naturaleza muerta
(fuente:www.mcnbiografias.com)

Martina Castell Ballespi

Lleida, 1852 - Reus, 1884

Hija de una larga saga de médicos leridanos, Martina Castells no lo tuvo fácil para acceder a los estudios. Más allá de las dificultades que una mujer pudiera encontrar en aquellos tiempos, la salud de Castells sufrió algunas sacudidas durante su niñez que la fueron apartando del aprendizaje en diversas ocasiones.
En Lérida, pudo estudiar en un par de colegios femeninos, pero la muerte de uno de sus hermanos  le comportó más problemas y otra vez se vio apartada de los estudios. A pesar de todo, ella se dedicaba a escribir y a publicar poesía.

La Revolución de 1868 cambió su vida cuando el nuevo Estado permitió a las mujeres el acceso a las carreras científicas. Castells suplicó a sus padres para volver a los estudios y en junio de 1887 acababa el bachillerato en el Instituto de Lérida para ingresar en la facultad el mismo año. Fue a la Universidad de Barcelona y, como era de esperar, escogió la carrera de medicina. En el año 1881 finalizaba sus estudios y solicitaba el examen de licenciatura el 20 de junio del mismo año; consiguió el permiso el 4 de abril de 1882. Nota final: excelente. El mismo año se doctoraba en Madrid apadrinada por el doctor Josep de Letamendi. Se especializó en Pediatria.


En su tesis, Martina Castells reivindicaba la educación de la mujer como un tema de gran actualidad y de vital importancia. Un conflicto que ella pudo superar a fuerza de una voluntad excepcional y por una predestinación a la medicina por la condición hipocrática de la familia. El doctorado de Castells no pasó desapercibido en los medios de comunicación. 

Desgraciadamente, toda esta fuerza y esfuerzo por llegar a donde muy pocas mujeres habían podido acceder fue acallada el 21 de enero de 1884. La doctora Martina Castells moría con sólo treinta y un años, mientras estaba embarazada, ya casada con el doctor Constantí, médico militar. También su muerte tuvo resonancia: La independencia Médica (1884) anotaba que la joven médica tenía un futuro muy brillante y en La Gaceta de los Hospitales (1884) la calificaban de «distinguida sacerdotisa de Esculapio».

Angela Grassi

Esta autora nació el 2 de agosto de 1823 en Italia, pero a partir de 1829 vivió junto a su familia en España, país donde su padre había conseguido trabajo como músico.
Durante su niñez y adolescencia, Ángela aprendió a tocar el arpa y el piano, así como también se especializó en geografía, retórica, literatura y arte francés e italiano. Con los años, esta mujer que alcanzó una profundidad en materia de estudio poco habitual en su época, llegó a convertirse en maestra.
Tras vivir durante varias temporadas en Barcelona, la escritora se instaló en Madrid, donde conoció a Vicente Cuenca, un periodista y crítico de música que, tiempo después, se transformaría en su marido.
Entre 1867 y 1883, Grassi, quien para ese entonces ya había recibido un premio por “Las riquezas del alma” y otro por “La gota de agua”, dirigió y colaboró con materiales de su autoría en la revista “El correo de la Moda”. “Los juicios del mundo”, “El capital de la virtud”, “La paloma del diluvio”, “Palmas y laureles” (propuesta que llegó a ser de lectura obligatoria en numerosas escuelas públicas), “El copo de nieve” (publicado en forma de folletín en 1876) y “El favorito de Carlos III” son otros de los títulos que forman parte de la producción literaria de esta novelista que, a la hora de elaborar textos, solía inspirarse en la religión, la maternidad y el amor.
Ángela Grassi perdió la vida en la capital española el 17 de septiembre de 1883, dos años después de haber quedado viuda.

Josefa Massanés

Maria Josefa Massanes, hija del coronel de infantería D José Massanes y de doña Antonia Dalmau nació en Tarragona, en el día 19 de marzo de 1811.

Perdió á su buena madre cuando apenas contaba cinco años, y fué educada por sus abuelos paternos, señores de rígido carácter y costumbres patriarcales: el profundo y tierno amor que la señora Massanes sentía hacía ellos, se deja ver en algunas de sus composiciones, y aquel sentimiento la inspiró sin duda ese respeto hacia la ancianidad, que es uno de los distintivos de su carácter.

Desde su edad mas tierna, manifestó una grande inclinación hacia las bellas artes, y sobre todo el estudio de la literatura: mas si bien su familia protegió sus disposiciones naturales en lo respectivo á la música y pintura, no fué lo mismo en cuanto á sus tendencias literarias, que la fueron contrariadas con gran empeño, y conforme á las preocupaciones que en aquella época dominaban, respecto á la educación de las señoritas.

Sin embargo, como el poeta nace con una vocacion irresistible, como tiene que satisfacer la sed de su alma ó morir, la señorita Massanes, obediente, dulcísima y cariñosa para los ancianos que habian velado su cuna, no halló otro medio de leer y estudiar, que privarse de las horas de sueño, con tal afan y perseverancia, que su salud se debilitó hasta el estremo de no haberla vuelto a recobrar.

¿Quién inspiraba á Josefa Massanes tal valor, tanta constancia?

Dios, que al nacer, habíale dicho desde el cielo:

– ¡Tu cantarás, es tu mision, y para eso te he formado!

Porque las poetisas que hemos venido al mundo desde el año 1830 al 1840, hemos tenido para animarnos el ejemplo de las que nos han precedido, el estímulo de su gloria, la leccion de su paciencia; pero cuando Josefa Massanes dejó escapar de su pecho á la edad de diez años su primer canto poético, ninguna mujer en España habia ceñido aun sus sienes con la corona de la poesía.

Mucho tiempo pasó, sin que la señorita Massanes diese nada á la prensa: como ya he dicho, hacia versos desde la edad de diez años, pero los hacia para satisfacer una imperiosa necesidad de su alma, y sin que la vanidad tuviese parte en sus cantos.
 
En el año 1835 empezó á publicar sus inspiraciones en los acreditados periódicos: El Vapor, El Guardia Nacional y La Religion: y aquellas composiciones, llenas de ternura y de sentimientos religiosos, revelaron á la gran poetisa que mas tarde había de ocupar un sitio tan elevado en la literatura patria.

Reprodujéronla, y fueron extraordinariamente elogiadas en la prensa nacional y extranjera, sobre todo, la que lleva por titulo El beso maternal, que copiaron casi todos los periódicos de España. En los Estados-Unidos, no solo la insertó El Noticioso de ambos mundos de Nueva York, sino que tambien fue traducida al inglés por órden del gobierno de aquel país, y recomendada á los establecimientos de educacion primaria.

Desde el 37 al 40, publicaron sus composiciones los periódicos mas acreditados de Barcelona.
En 1841 dio á luz el primer tomo de la Colección de sus poesías, y en 1850 el segundo, con el título de Flores marchitas. En el dia está en prensa el tercero, que bajo el nombre de Frutos de Otoño, publicará La Maravilla, gran sociedad de publicaciones establecida en Barcelona: estos volúmenes, así como otras poesías sueltas de la señora Massanes, han inspirado estensos artículos, ó mas bien brillantes y merecidos elogios, á muchos de nuestros mas distinguidos escritores.

No ha celebrado Cataluña una solemnidad nacional, no ha espresado una sola de sus alegrías patrias, en que no haya acudido á pedir sus inspirados cantos á la señora Massanes: es ademas sócia de muchas corporaciones científicas, artísticas y literarias, y ha recibido infinitas muestras de cariño y de aprecio en los altos personajes, que a su paso por Barcelona han tenido ocasión de estimar lo sobresalientes de su talento y el mérito de su modestia.
Sus poesías son casi populares, y muchas de ellas se han impreso con gran lujo tipográfico.

Hace dos años que por primera vez, y á ruegos de varios amigos, escribió en su lengua nativa algunas composiciones, que publicó con general aceptación el editor Sr. Manero en sus dos colecciones de Autores catalanes.
La señora Massanes, aunque nacida en Tarragona, solo residió en esta ciudad los dos primeros meses de su vida, habiendo habitado despues casi siempre en Barcelona.

En 1843 quiso unir á los goces que le proporcionaba la literatura, los dulces placeres de la familia, y se unió con los lazos del matrimonio al Sr. D. Fernando Gonzalez de Ortega, entonces capitan, y hoy teniente coronel de infantería. Su enlace se verificó por poderes en Barcelona, y se ratificó en Madrid, adonde la señora Massanes vino á reunirse con su esposo, permaneciendo poco tiempo en la córte.

Dios privó á la distinguida poetisa de los dulces cuidados de la maternidad, tal vez para que fuese la consoladora de las agenas desgracias: porque su beneficencia, su caridad, son inagotables, y nadie que padece y se acerca a ella, se aleja sin consuelos de su lado.

En 1853 adoptó á un pobre huerfanito recien nacido, y en 1854 á otro de tres años de edad, que tambien habia quedado sin padres, cumpliendo así con dos desvalidas criaturas la mas dulce y sagrada mision de la mujer.
Es indescriptible la pasion con que la señora Massanes ama á sus dos hijos adoptivos, el esmero con que atiende á su educación, los cuidados de que les rodea.

Todos los que han tenido la dicha de tratar á la distinguida poetisa, convienen en la excelencia de su carácter y de sus sentimientos: es afable, sencilla, jovial, tierna en sus afecciones, y generosa hasta la abnegación: dotada de estrema franqueza, es sin embargo benévola, tan cariñosa, tan dulce, que cautiva todas las voluntades.

<Yo no he recibido desengaños en mi vida literaria>, dice en una de sus cartas á la que suscribe este pobre artículo, <solo he hallado generosidad, tolerancia, amigos fieles y entusiastas.>

Mas cómo, la dirémos nosotros, ¿cómo podia suceder de otra manera? La que ignorando su propio mérito se dedica á amar y á derramar beneficios sobre sus semejantes: la que teniendo incontestables derechos para ser admirada, es modesta, dulce y buena; la que es el verdadero ángel de los tristes, ¿cómo podia de hallar hiel en derredor suyo? La corona de verde laurel y de aromadas flores que ciñe y refresca las sienes de la señora Massanes, es la recompensa que Dios la envia en su justicia, y que la concede la sociedad, que á pesar de cuanto se diga, sabe estimar y amar cuanto es bueno, noble y grande.

Ya nos han precedido en la grata tarea de hacer una biografía de esta distinguida poetisa algunos escritores de justa reputacion.

Ademas de los trabajos publicados de la señora Massanes, de que hemos hecho mencion, y del tercer tomo de sus poesías, en prensa, tiene inéditos un drama, varios opúsculos, y un tratado sobre los deberes morales y sociales de la mujer.
Este libro será notable por mas de un concepto, pues su autora, ademas de poseer una vastísima erudicion, fruto de sus largos estudios, conoce muy bien por la excelencia de su corazon y de su talento todos los deberes que su sexo impone y debe cumplir.
La señora Massanes es sencilla en sus hábitos, pero distinguida en sus maneras: su figura está á un tiempo llena de nobleza y de dulzura, y el talento y la inspiración reverberan en sus hermosos ojos.
No elogiamos en particular ninguna de sus poesía; no sabemos juzgar sino alabar lo que creemos bueno, y todo cuanto su pluma ha producido nos parece admirable: la culta Cataluña, idólatra del nombre de Josefa Massanes, la ha levantado ya un pedestal en cada corazon; y la literatura patria la ha concedido con justicia uno de los asientos mas elevados en el Parnaso español, al mismo tiempo que todas las mujeres que sostenemos la pluma en nuestras débiles manos, la debemos la mas tierna gratitud por haber iniciado el camino de la poesía femenina, y haberle alumbrado con la hermosa luz de sus virtudes.

miércoles, 7 de marzo de 2012

HARRIET BEECHER STOWE

 Harriet Beecher Stowe (1811-1896)

 Escritora y abolicionista estadounidense, autora de La cabaña del Tío Tom (1850-1852), una severa denuncia de la esclavitud y una de las mejores novelas de la literatura estadounidense en su género.


Nació el 14 de junio de 1811 en Litchfield, Connecticut, séptima hija del clérigo liberal Lyman Beecher.

 La muerte de su madre (cuando ella tenía cuatro años), y la convivencia con su madrastra le brindará una imagen deteriorada sobre la cuestión de la maternidad, que se encuentra presente en gran parte de sus trabajos.

Se casó con el reverendo Calvin Ellis Stowe, un ferviente luchador contra la esclavitud. Tuvieron siete hijos, pero algunos de ellos murieron a temprana edad.

 Su primer libro, El Mayflower o apuntes de escenas y personajes entre los descendientes de los peregrinos, apareció en 1843. Mientras vivía en Brunswick (Maine), escribió La cabaña del Tío Tom. La novela se publicó por entregas en un periódico abolicionista, el National Era, y en 1852 se editó como libro.
La historia por entregas no llamó especialmente la atención, pero el éxito del libro no tuvo precedentes. En sólo cinco años se vendieron 500.000 ejemplares en Estados Unidos y la novela se tradujo a más de veinte idiomas. Este libro contribuyó a la cristalización de los sentimientos militantes contra la esclavitud en el Norte y aceleró así el desencadenamiento de la Guerra Civil. La cabaña del Tío Tom, como la mayoría de las novelas de Stowe, posee una estructura irregular, pero está llena de sucesos dramáticos que atrapan poderosamente al lector. En 1853 publicó Claves a la cabaña del Tío Tom, donde incluye una abrumadora cantidad de pruebas documentales para justificar su ataque contra la esclavitud. Stowe volvió a la carga con Dred: Relato del gran pantano sombrío (1856). El galanteo del ministro (1859) es la más conocida de sus novelas románticas. También escribió relatos y poesía religiosa. Su reputación quedó gravemente dañada en Gran Bretaña tras publicar un artículo titulado La auténtica historia de la vida de Lord Byron, donde afirma que el poeta mantuvo relaciones incestuosas con su hermana.

El 1 de Julio de 1896 fallecía en Hartford, Connecticut.