Maria Josefa Massanes, hija del coronel de infantería
D José Massanes y de doña Antonia Dalmau nació en Tarragona, en el día
19 de marzo de 1811.
Perdió á su buena madre cuando apenas contaba cinco
años, y fué educada por sus abuelos paternos, señores de rígido carácter
y costumbres patriarcales: el profundo y tierno amor que la señora
Massanes sentía hacía ellos, se deja ver en algunas de sus
composiciones, y aquel sentimiento la inspiró sin duda ese respeto hacia
la ancianidad, que es uno de los distintivos de su carácter.
Desde su edad mas tierna, manifestó una grande
inclinación hacia las bellas artes, y sobre todo el estudio de la
literatura: mas si bien su familia protegió sus disposiciones naturales
en lo respectivo á la música y pintura, no fué lo mismo en cuanto á sus
tendencias literarias, que la fueron contrariadas con gran empeño, y
conforme á las preocupaciones que en aquella época dominaban, respecto á
la educación de las señoritas.
Sin embargo, como el poeta nace con una vocacion
irresistible, como tiene que satisfacer la sed de su alma ó morir, la
señorita Massanes, obediente, dulcísima y cariñosa para los ancianos que
habian velado su cuna, no halló otro medio de leer y estudiar, que
privarse de las horas de sueño, con tal afan y perseverancia, que su
salud se debilitó hasta el estremo de no haberla vuelto a recobrar.
¿Quién inspiraba á Josefa Massanes tal valor, tanta constancia?
Dios, que al nacer, habíale dicho desde el cielo:
– ¡Tu cantarás, es tu mision, y para eso te he formado!
Porque las poetisas que hemos venido al mundo desde
el año 1830 al 1840, hemos tenido para animarnos el ejemplo de las que
nos han precedido, el estímulo de su gloria, la leccion de su paciencia;
pero cuando Josefa Massanes dejó escapar de su pecho á la edad de diez
años su primer canto poético, ninguna mujer en España habia ceñido aun
sus sienes con la corona de la poesía.
Mucho tiempo pasó, sin que la señorita Massanes diese
nada á la prensa: como ya he dicho, hacia versos desde la edad de diez
años, pero los hacia para satisfacer una imperiosa necesidad de su alma,
y sin que la vanidad tuviese parte en sus cantos.
En el año 1835 empezó á publicar sus inspiraciones en los acreditados periódicos: El Vapor, El Guardia Nacional y La Religion:
y aquellas composiciones, llenas de ternura y de sentimientos
religiosos, revelaron á la gran poetisa que mas tarde había de ocupar un
sitio tan elevado en la literatura patria.
Reprodujéronla, y fueron extraordinariamente
elogiadas en la prensa nacional y extranjera, sobre todo, la que lleva
por titulo El beso maternal, que copiaron casi todos los periódicos de
España. En los Estados-Unidos, no solo la insertó El Noticioso de ambos mundos de Nueva York,
sino que tambien fue traducida al inglés por órden del gobierno de
aquel país, y recomendada á los establecimientos de educacion primaria.
Desde el 37 al 40, publicaron sus composiciones los periódicos mas acreditados de Barcelona.
En 1841 dio á luz el primer tomo de la Colección de sus poesías, y en 1850 el segundo, con el título de Flores marchitas. En el dia está en prensa el tercero, que bajo el nombre de Frutos de Otoño, publicará La Maravilla,
gran sociedad de publicaciones establecida en Barcelona: estos
volúmenes, así como otras poesías sueltas de la señora Massanes, han
inspirado estensos artículos, ó mas bien brillantes y merecidos elogios,
á muchos de nuestros mas distinguidos escritores.
No ha celebrado Cataluña una solemnidad nacional, no
ha espresado una sola de sus alegrías patrias, en que no haya acudido á
pedir sus inspirados cantos á la señora Massanes: es ademas sócia de
muchas corporaciones científicas, artísticas y literarias, y ha recibido
infinitas muestras de cariño y de aprecio en los altos personajes, que a
su paso por Barcelona han tenido ocasión de estimar lo sobresalientes
de su talento y el mérito de su modestia.
Sus poesías son casi populares, y muchas de ellas se han impreso con gran lujo tipográfico.
Hace dos años que por primera vez, y á ruegos de
varios amigos, escribió en su lengua nativa algunas composiciones, que
publicó con general aceptación el editor Sr. Manero en sus dos
colecciones de Autores catalanes.
La señora Massanes, aunque nacida en Tarragona, solo
residió en esta ciudad los dos primeros meses de su vida, habiendo
habitado despues casi siempre en Barcelona.
En 1843 quiso unir á los goces que le proporcionaba
la literatura, los dulces placeres de la familia, y se unió con los
lazos del matrimonio al Sr. D. Fernando Gonzalez de Ortega, entonces
capitan, y hoy teniente coronel de infantería. Su enlace se verificó por
poderes en Barcelona, y se ratificó en Madrid, adonde la señora
Massanes vino á reunirse con su esposo, permaneciendo poco tiempo en la
córte.
Dios privó á la distinguida poetisa de los dulces
cuidados de la maternidad, tal vez para que fuese la consoladora de las
agenas desgracias: porque su beneficencia, su caridad, son inagotables, y
nadie que padece y se acerca a ella, se aleja sin consuelos de su lado.
En 1853 adoptó á un pobre huerfanito recien nacido, y
en 1854 á otro de tres años de edad, que tambien habia quedado sin
padres, cumpliendo así con dos desvalidas criaturas la mas dulce y
sagrada mision de la mujer.
Es indescriptible la pasion con que la señora
Massanes ama á sus dos hijos adoptivos, el esmero con que atiende á su
educación, los cuidados de que les rodea.
Todos los que han tenido la dicha de tratar á la
distinguida poetisa, convienen en la excelencia de su carácter y de sus
sentimientos: es afable, sencilla, jovial, tierna en sus afecciones, y
generosa hasta la abnegación: dotada de estrema franqueza, es sin
embargo benévola, tan cariñosa, tan dulce, que cautiva todas las
voluntades.
<Yo no he recibido desengaños en mi vida literaria>, dice en una de sus cartas á la que suscribe este pobre artículo, <solo he hallado generosidad, tolerancia, amigos fieles y entusiastas.>
Mas cómo, la dirémos nosotros, ¿cómo podia suceder de
otra manera? La que ignorando su propio mérito se dedica á amar y á
derramar beneficios sobre sus semejantes: la que teniendo incontestables
derechos para ser admirada, es modesta, dulce y buena; la que es el
verdadero ángel de los tristes, ¿cómo podia de hallar hiel en derredor
suyo? La corona de verde laurel y de aromadas flores que ciñe y refresca
las sienes de la señora Massanes, es la recompensa que Dios la envia en
su justicia, y que la concede la sociedad, que á pesar de cuanto se
diga, sabe estimar y amar cuanto es bueno, noble y grande.
Ya nos han precedido en la grata tarea de hacer una
biografía de esta distinguida poetisa algunos escritores de justa
reputacion.
Ademas de los trabajos publicados de la señora
Massanes, de que hemos hecho mencion, y del tercer tomo de sus poesías,
en prensa, tiene inéditos un drama, varios opúsculos, y un tratado sobre
los deberes morales y sociales de la mujer.
Este libro será notable por mas de un concepto, pues
su autora, ademas de poseer una vastísima erudicion, fruto de sus largos
estudios, conoce muy bien por la excelencia de su corazon y de su
talento todos los deberes que su sexo impone y debe cumplir.
La señora Massanes es sencilla en sus hábitos, pero
distinguida en sus maneras: su figura está á un tiempo llena de nobleza y
de dulzura, y el talento y la inspiración reverberan en sus hermosos
ojos.
No elogiamos en particular ninguna de sus poesía; no
sabemos juzgar sino alabar lo que creemos bueno, y todo cuanto su pluma
ha producido nos parece admirable: la culta Cataluña, idólatra del
nombre de Josefa Massanes, la ha levantado ya un pedestal en cada
corazon; y la literatura patria la ha concedido con justicia uno de los
asientos mas elevados en el Parnaso español, al mismo tiempo que todas
las mujeres que sostenemos la pluma en nuestras débiles manos, la
debemos la mas tierna gratitud por haber iniciado el camino de la poesía
femenina, y haberle alumbrado con la hermosa luz de sus virtudes.